jueves, agosto 12, 2010

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Cuando apareció no era capaz de elevarse los treinta centímetros la distancia que hay entre las dos alturas del patio. Después de días cazando moscas, dándole pan, agua... Vuela a unos dos metros de altura insuficiente para salvar el desnivel de seis hasta la calle. Estuve tentado de subirle al tejado donde supongo tiene el nido, no lo tenía muy claro me asaltaron las dudas ¿si se vuelve a caer? ¿...? Me ha tranquilizado ver que una vez por la mañana y otra por la tarde ejemplares adultos, supongo sus padres, vienen a darle de comer. En breve nos abandonará. Tal vez algún día venga de visita aunque este inquilino no haya pagado el alquiler.